Un
grupo de investigadores de la Universidad de Manchester en el Reino Unido,
desarrollaron membranas de óxido de grafeno capaces de separar las sales comunes
de agua salada y obtener agua potable, sustituyendo tecnologías de
desalinización que requieren tamices con poros aún más pequeños.
Las
membranas de óxido de grafeno se hinchan ligeramente al sumergirlas en agua y
los iones de sales más pequeños del orden de 1.4 nm fluyen a través de la
membrana junto con el agua.
Este
grupo logra reducir el tamaño entre capas de óxido de grafeno de modo
controlado y con precisión, desde 0.6 nm a 1 nm logrando una eficiencia de 97%
de rechazo de NaCl.
Los
resultados de estas investigaciones fueron publicadas recientemente en Nature
Nanotechnology (2017).
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