Obtener imágenes por fluorescencia es importante para estudios de muestras complejas como las biológicas. Las imágenes por fluorescencia obtenidas con luz del espectro infrarrojo cercano (de 800 a 1700 nm) ofrecen alta penetración y contraste, y baja fototoxicidad. Sin embargo, existen pocos etiquetadores luminosos apropiados para aplicaciones biomédicas. De estos, el azul egipcio (AE) (tetrasilicato de cobre y calcio, CaCuSi4O10) es un pigmento conocido desde el tercer milenio a.C., que fluoresce a la longitud de onda de 910 nm.
En este trabajo, los autores desarrollaron un método para estratificar el pigmento y conformar nanoláminas de longitud menor a 300 nm y espesor mínimo de 1 nm. Para probar su efectividad como etiquetadores, colocaron nanoláminas de AE en el embrión de una mosca Drosophila melanogaster y, usando su fluorescencia, siguieron el movimiento de las nanopartículas durante el desarrollo del insecto. En otro experimento, colocaron nanoláminas de AE en las hojas de plantas vivas y encontraron que brillaban mucho más que las sustancias fluorescentes constituyentes de las hojas.
Las nanoláminas de AE son etiquetas luminosas muy útiles para el estudio in vivo de la división celular, el desarrollo de embriones o tumores.
Los resultados fueron publicados recientemente en Nature Communications
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