El dióxido de titanio (TiO2) es un aditivo alimentario (E171) utilizado como agente blanqueador y abrillantador en dulces, productos lácteos y salsas. Actualmente, no es conclusiva la evidencia de que el TiO2 y sus nanopartículas (NPs- TiO2) (<100 nm) son biocompatibles y se ha sugerido que la exposición prolongada a estos nanomateriales puede causar efectos adversos.
Investigadores holandeses analizaron el nivel de titanio en el hígado y colon de muestras post-mortem de 15 individuos y lo compararon con los niveles reportados en tejidos aislados de animales previamente expuestos de forma oral a TiO2 y NPs- TiO2. Los resultados sugieren un posible papel de estos materiales como promotores del desarrollo de tumores colorectales y de enfermedades autoinmunes asociadas a problemas intestinales.
En este estudio se utilizó una potente técnica conocida como “Adverse Outcome Pathways, AOPs”, o “Vías de Resultados Adversos”, que se enriquece con datos experimentales y describe con precisión los mecanismos moleculares, celulares y las vías bioquímicas implícitas en un efecto toxicológico, asociándolas con su efecto en un órgano o sistema.
Los autores concluyen que la exposición oral a TiO2 y NPs- TiO2, ocasiona efectos toxicológicos graves, como la inducción del estrés oxidativo e inflamación del hígado y del tejido intestinal. Todavía se desconoce si estos efectos son irreversibles en el humano.
El estudio recomienda realizar ensayos de exposición prolongada de productos con contenido de TiO2 y NPs- TiO2, en concentraciones realistas de 1-1000 mg/Kg por peso corporal por día.
Este tipo de estudios ayuda a evidenciar la importancia de la bioseguridad a largo plazo de los nanomateriales utilizados en productos comerciales.
Los resultados fueron publicados en la revista Nanotoxicology
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