Debido
al impacto negativo de las emisiones de CO2 en el calentamiento
global, es extremadamente importante desarrollar tecnologías energéticas
sostenibles. En los últimos años se ha prestado mucha atención a los sistemas
bio-híbridos fotosintéticos, que combinan las propiedades de los
microorganismos con las de materiales inorgánicos. Utilizando la luz solar,
estos sistemas permiten la conversión del CO2 en compuestos de C de
mayor contenido energético.
En
estudios recientes, investigadores del National Institute of Advanced
Industrial Science and Technology y de la Universidad de Hokkaido, Japón, demostraron que algunas bacterias
acetogénicas (que producen acetato) son capaces de transportar electrones
extracelulares, al permitir el
intercambio electrónico con nanomateriales extracelulares. Estas bacterias
llevan a cabo una electrosíntesis microbiana, en la cual se producen compuestos
del C más complejos (p.ej. el acetato) a partir del CO2, usando la
electricidad como fuente de energía. Los sistemas bio-híbridos producidos
recientemente constan de bacterias acetogénicas decoradas con nanopartículas de
CdS y son capaces de realizar una fotoelectrosíntesis microbiana, en la que la
conversión de CO2 en compuestos de C más complejos se logra
utilizando la luz como única fuente de energía.
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